FLUIR, RESISTIR, AFRONTAR

Fluir no es dejarse arrastrar por la marea. Fluir con la vida es andar de su mano, aceptando lo que en cada momento tiene para nosotros. 

Piénsalo, ¿crees que realmente permites la vida? ¿toda tu vida? Porque lo que yo creo es que a veces, en vez de caminar al ritmo de ella, compartiendo sus pasos, aprendiendo de su maestría, confiando en su infinita sabiduría, agradeciendo sus pruebas y dejando atrás las dudas, las quejas, los cuestionamientos, lo que hacemos realmente es resistirnos con fuerza a ella, la negamos, luchamos, nos enfrentamos y claro, nos aferramos.

Fluir es lo contrario a resistir. Fluir es permitir, permitir lo que sea. Es afrontar la vida de cara, con una sonrisa y una intangible e ilimitada esperanza. Fluir es estar presente para recibir todo lo que en este instante tiene que ser. 

Fluir implica tener fe, se alimenta de nuestra capacidad para confiar, para abandonar las resistencias a permitir lo que no nos gusta, lo que nos asusta o lo que no conocemos. Fluir es dejar espacio dentro de ti para que la Vida pueda cumplirse. 

Fluir es no evitar nada, es no eludir los retos y sobre todo, no mantenernos ciegos. Cuando fluimos, vemos sin miedo, aceptamos y continuamos. Cuando fluimos, elegimos vivir en armonía con Toda la vida. Escogemos permitirle que se manifieste en toda su magnitud. Cuando fluimos, nos responsabilizamos y entregamos. 

¿Estás dispuesto a fluir con la vida?

Feliz presente.

Almudena Migueláñez.